Un día que mi amigo, el fotógrafo Pep Escoda, fue el Museo de Arte Moderno de Tarragona captó esta curiosa instantánea. Su sensibilidad de artista no le pasó por alto la preciosa metáfora que estaba contemplando: una escalera vacía ante un cuadro de José Icart, un camino que lleva entre el fondo del mar y el cielo. Una performance del azar. Me parecen que sobran los comentarios pero me gusta pensar que la banda sonora que sonaba cuando lo pintó hace unas décadas era Imagine de Lennon:

¿Un cuadro de Josep Icart con una escala vacía: azar o performance?
Imagine there’s no heaven
It’s easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Imagine all the people
Living for today…
Imagine there’s no countries
It isn’t hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace…
It’s easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Imagine all the people
Living for today…
Imagine there’s no countries
It isn’t hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace…
Esto, Imagínate que el cielo no existe o que está hecho de música y de colores. Sin fronteras mentales, ni religiones impuestas. Josep Icart pintaba desde la sensibilidad y en su estudio siempre había música. Lo conocí enamorado de la vida, de la luz mediterránea, de la sal del mar y de los misterios de la naturaleza. No fue sólo un artista contemplativo de la belleza del paisaje, sino que se convierte en un grito militante del dolor y de las heridas del planeta azul.
Gracias Pep, por haber captado ese instante.
Gracias Pep, por haber captado ese instante.