El azar ha querido que la presentación en Tarragona del libro «Anticatalanismo y antisionismo, hoy», del amigo Jaume Renyer, coincidiera con mi llegada de una breve estancia en Israel, donde he podido contrastar de nuevo los tópicos que nos llegan desde los medios comunicación estatales con la realidad que se vive.
Quizás en países de mayor tradición democrática, el libro «Anticatalanismo y antisionismo, hoy» sólo sería otra aportación para comprender un conflicto y un país muy complejo -política hablando- y también por su historia, cultura e idiosincrasia.
Pero «Anticatalanismo y antisionismo, hoy», además, es un libro valiente. Para que nuestra sociedad vive sometida bajo una dictadura del pensamiento único y uniformador, con respecto a todas las noticias procedentes de Israel.
Y los librepensadores, si son sionistas, a menudo estamos en la diana del odio y del rechazo. De esto, el Jaume Renyer que lo tenido que sufrir en carne propia, sabe muy bien de qué va.
Este valor añadido, de hablar sin rodeos y con conocimiento de causa, hace que «Anticatalanismo y antisionismo, hoy» sea un libro imprescindible para las personas que se esfuerzan en comprender lo que pasa, en Israel.
anticatalanismo-y-antisionismo-hoyLos catalanes lo deberíamos entender mejor que nadie. También somos víctimas de boicots y de una información tendenciosa: nos según qué medios españoles, cuando se habla de Cataluña llaman auténticas barrabasadas. Un oyente o un lector que vive secuestrado en la burbuja mediática -desde Palencia o Valladolid, por ejemplo- se estremece de malos y perversos que somos con el tema de la política lingüística o el deseado concierto económico o pacto fiscal, ignorando lo que pasa realmente. Curiosamente numerosos políticos e intelectuales españoles han considerado los catalanes como los judíos de España, por ejemplo el almirante Carrero Blanco y el escritor Pío Baroja.
Desgraciadamente mucha gente hace lo mismo con Israel. Tragan las píldoras informativas, las consignas mediáticas, el discurso distorsionado y maniqueo que convierte los judíos en demonios abominables y los terroristas suicidas en angelicales víctimas del conflicto.
Una persona inteligente no debería tragar que un pueblo, el judío, sea infinitamente execrable -hasta la caricatura- y que el otro pueblo, el palestino, sea el inocente asno de los golpes.
Pero qué y quién provoca este antisionismo furibundo en Cataluña? ¿Cómo es que personas con talento y bagaje intelectual caen en esta trampa? esto en un país donde según los documentos secretos de la embajada norteamericana, desvelados por Wikieleaks es el centro de actividad radical islámica más grande del Mediterráneo. Como puede pasar esto? La respuesta es en este libro.
El libro «Anticatalanismo y antisionismo, hoy» de Jaume Renyer es clave para reflexionar y acercarse al tema desde una perspectiva que quizá a alguien no le parecerá políticamente correcta. El autor nos hace reflexionar a través de una recopilación y escritos de artículos publicados en su blog o de otros artículos tomados de autores diversos con la solvencia de Rovio y Virgilio, Miravitlles, Halliday y Taguieff; pero también con perlas del antisionismo actual.
Todo ello nos hace comprender un poco mejor en Israel y nos hace pensar en Cataluña y en los paralelismos y similitudes de ambos países. Jaume Renyer es uno de los catalanes más comprometidos con la causa israelí. El, Como Pilar Rahola, Villatoro, Joan B. Culla, Miquel Sellarés y Lluís Bassat, es moja hasta el cuello. Lo hace desde un análisis crítico, inteligente y nada demagógico, pero sin pelos en la lengua.
El estado de Israel no es perfecto y también comete errores, también claros oscuros y injusticias, pero es un estado con una democracia y unos valores europeos. Un lugar donde una mujer puede ser primera ministra, mientras que al otro lado del muro, en Cisjordania, el integristas musulmanes ahogan con cierta violencia a la minoría cristiana, palestinos como ellos. Y, las mujeres viven reducidas al ámbito doméstico bajo el yugo machista. Sé lo que digo lo podido contrastar con varios interlocutores. Por ejemplo Amal, una palestina cristiana del otro lado del muro, en Cisjordania, donde me contaba que, poco a poco, los cristianos palestinos tienen que marchar de allí, cada vez quedan menos debido a la intolerancia ya la violencia en que están sometidos.
Los palestinos también son víctimas de Hezbolá y Hamás, formaciones de carácter terrorista que no admiten sus disidentes, que son irremediablemente condenados a muerte. A fin del conflicto las personas de un lado y del otro, judíos y palestinos, son víctimas de la intolerancia. Una intolerancia, que paradójicamente se alimenta desde la vieja Europa. Solo me queda felicitar y agradecer al autor por este libro y estimular a seguir en la lucha por la verdad sobre el anticatalanismo y el antisionismo.